El huerto escolar constituye un modelo a escala reducida de la organización y de las relaciones entre el ser humano y la naturaleza.
El huerto escolar es una herramienta didáctica que permite poner en práctica un gran número de competencias y disciplinas simultáneamente. A través de diferentes tipos de actividades podremos suscitar la curiosidad del alumnado y promover su interés por aprender conceptos, habilidades, actitudes y valores relacionados con el medioambiente y la sostenibilidad pero también con prácticamente cualquier área de aprendizaje.
La actividad pedagógica en torno a la utilización del espacio escolar como sustrato para la realización de actividades de aproximación al medio y las acciones humanas implicadas en su aprovechamiento hacen del huerto escolar ecológico una herramienta multidisciplinar que favorece el trabajo en equipo y la convivencia.
Asimismo, la importancia del acercamiento del alumnado a la cultura rural y a la agricultura de autoabastecimiento y ecológica como recursos educativos representa uno de los pilares básicos de nuestro futuro.
Por otro lado, la necesidad de recuperar el acervo histórico y cultural de los pueblos enraizados en su tierra. Comunidades que han desarrollado estrategias específicas en su relación con el medio y que se expresan en tradiciones agrícolas aún perdurables, hacen más que recomendable el incorporar a la cultura escolar este recurso vivencial y etnográfico de primer orden como fórmula para identificar a la actual y futuras generaciones con el lugar en que viven.
El huerto escolar constituye un modelo a escala reducida de la organización y de las relaciones entre el ser humano y la naturaleza y, con las dificultades que comporta el uso de modelos en didáctica, puede potenciar la comprensión de los conceptos medioambientales.
Entre los objetivos que podemos plantearnos en el desarrollo de nuestro huerto escolar podemos destacar:
Aprovechar el potencial del huerto escolar ecológico y la experimentación en entornos cercanos para trabajar e integrar las competencias, así como para diseñar tareas, situaciones de aprendizaje y experiencias significativas para el alumnado.
Vincular la integración de las competencias con los proyectos y tareas del huerto escolar ecológico, como recurso y estrategia para la innovación y mejora de los centros educativos.
Utilizar las tecnologías de la información y la comunicación como herramientas para comunicar y compartir información y las buenas prácticas desarrolladas en los centros educativos.
Analizar los mecanismos básicos que rigen el funcionamiento del medio físico y natural y las repercusiones de las acciones humanas sobre el mismo.
Elaborar estrategias de identificación y resolución de problemas en los diversos campos del conocimiento.
Favorecer la adquisición de actitudes y hábitos encaminados a fomentar y valorar la salud medioambiental, la consecución de una alimentación sana y responsable a través del conocimiento de los productos que consumimos, su origen y sus posibilidades culinarias.
Existe multitud de bibliografía relativa al tema de los Huertos Escolares pero me gustaría recomendar específicamente una obra clásica, con ya algunos años, que considero de notable interés para iniciarse en esta cuestión. En concreto me refiero a, «La Guía de Huertos Escolares» de Carlos Romón, publicada en 1997 por la Editorial Popular.
En definitiva, el huerto escolar ecológico es un recurso didáctico fantástico para promover el aprendizaje integral de nuestro alumnado y por ello ya muchos centros educativos lo han implantado. ¡No esperes más y anima a crear el tuyo en tu centro!
En el Día Mundial del Medio Ambiente, es interesante recordar que la tan necesaria Educación en Valores encuentra en el cine un gran aliado para su desarrollo en el ámbito educativo.
En el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio), no descubrimos nada nuevo al afirmar que el cine puede ser utilizado en las aulas como un recurso didáctico de incomparable valor en todas las etapas educativas. El visionado de películas o de partes seleccionadas de las mismas, puede dar píe al desarrollo de multitud de actividades que contribuyan a la adquisición de conocimientos así como a animar el debate y análisis respecto a cualquier aspecto de nuestra historia o de la realidad actual.
Igualmente, la tan necesaria Educación en Valores encuentra en el cine un gran aliado para su desarrollo en el ámbito educativo. En este sentido, son muchos los filmes que abordan temáticas interesantes desde el punto de vista de la ecología, la protección del medio ambiente y la sostenibilidad.
De entre los muchos títulos que podríamos referir, entresaco una pequeña selección personal de cuatro largometrajes que abordan con notable rigor y profundidad, al tiempo que con una visión amena, problemas de absoluta actualidad medioambiental como el consumo irresponsable, la obsolescencia programada, la pérdida de biodiversidad o el cambio climático, entre otros. Espero resulten de interés.
Comprar, tirar, comprar
Cosima Dannoritzer (España, 2010).
La realizadora alemana Cosima Dannoritze dirige esta reveladora historia que explica por qué los productos que compramos duran cada vez menos debido a la programación de la obsolescencia de los objetos para incrementar el consumo. ¿Existen bombillas eternas?, ¿Cómo se puede usar un chip para ‘matar’ un producto cuando llegue a un determinado número de usos? Éstas y otras muchas preguntas encuentran respuesta en este reportaje, en cuya realización participó RTVE y otras televisiones europeas. El documental fue rodado en Cataluña, Francia, Alemania, EE.UU. y Ghana, un país africano que se ha convertido en el vertedero de la «basura electrónica» de Occidente.
Home
Yann Arthus-Bertrand (Francia, 2009).
En sus 200.000 años de existencia, el hombre ha roto el equilibrio de casi 4.000 millones de años de evolución de la Tierra. El precio a pagar es considerable pero es demasiado tarde para ser pesimistas. A la humanidad le quedan diez años escasos para invertir la tendencia, concienciarse de la explotación desmesurada de las riquezas de la Tierra y cambiar el modo de consumo. Yann Arthus-Bertrand, con sus imágenes inéditas de más de 50 países vistos desde el cielo, compartiendo con nosotros su capacidad de asombro y también sus preocupaciones, coloca, con esta película, una piedra en el edificio que tenemos que reconstruir, todos juntos.
Tierra, la película de nuestro Planeta
Alastair Fothergill, Mark Linfield (Reino Unido, 2007).
Un fascinante viaje por la Tierra, de norte a sur y a lo largo de las cuatro estaciones, para retratar los contrastes entre las diferentes partes del planeta y sus transformaciones naturales. Las condiciones de supervivencia de algunas especies animales y su comportamiento natural, en ocasiones con elementos muy cómicos, forman parte también de un extraordinario documental realizado con las más sofisticadas técnicas. Con más de 200 locaciones en 26 países diferentes, y nada menos que 250 días de fotografía aérea. Un descomunal trabajo que logra mostrar con todo esplendor la belleza del reino animal, al tiempo que alerta sobre su progresivo y preocupante peligro de desaparición.
Una verdad muy incómoda: ahora o nunca
Bonni Cohen, Jon Shenk (Estados Unidos, 2017).
Una década después de rodar Una verdad muy incómoda, el exvicepresidente estadounidense y activista ambiental Al Gore vuelve a la carga con una secuela que renueva las aspiraciones de la lucha contra el cambio climático.
En Una verdad muy incómoda: ahora o nunca, dirigida por Bonni Cohen y Jon Shenk; Al Gore presenta como reales y actuales algunas de amenazas de las que avisaba en su cinta de 2006, lo que dota de un mayor poder argumentativo a la producción. El metraje acompaña al exvicepresidente en su viaje alrededor del globo para intentar influir en la política climática mundial a la vez que presenta posibles soluciones de mitigación y adaptación que todavía estamos a tiempo de poner en marcha para frenar el calentamiento global.
Before the flood
Fisher Stevens (Estados Unidos, 2016).
Otra reconocida figura mundial que está centrando sus esfuerzos en la lucha contra el cambio climático es el actor Leonardo DiCaprio, que en 2016 produjo junto al director Martin Scorsese el documental Before the flood.
En el documental, estrenado de manera gratuita en Internet, se analiza cómo podemos prevenir problemas ambientales como la desaparición de especies en peligro de extinción, ecosistemas naturales o comunidades indígenas amenazadas, todo ello con una rigurosa pero atractiva presentación a cargo del propio Leonardo DiCaprio y la participación de personalidades como Barack Obama, Bill Clinton, Ban Ki-moon, investigadores de la NASA, conservacionistas forestales, reputados científicos, líderes de la comunidad y activistas ambientales.
Y como siempre me gusta recordar en este tipo de post, este blog no recibe ningún tipo de recompensa por la recomendación de las obras señaladas más allá del mero placer (que no es poco) de ayudar a divulgar aquello que considero de interés.
Seis obras sobre ecología, medioambiente y sostenibilidad de especial interés para el público más joven por su calidad y valor didáctico.
El futuro de nuestro mundo está en nuestras manos y, especialmente, en manos de los más jóvenes. El cambio climático, la destrucción de la biodiversidad, la desertificación progresiva o el consumo desmedido e irracional son variables de un mismo problema que se traduce en la irremediable destrucción de nuestro medio natural y, consecuentemente, de nuestro planeta tal cual lo conocemos.
Solo mediante un cambio profundo de paradigma en las relaciones que establece el ser humano con su entorno será posible frenar la actual escalada hacia un completo desastre medioambiental de impredecibles consecuencias. En este terreno y aunque la responsabilidad es colectiva, la concienciación de las generaciones jóvenes es prioritaria por lo que la escuela y la educación en general deben jugar un rol esencial en la extensión de los valores ecológicos que nos deberán permitir invertir la actual situación.
Aunque existen multitud de libros sobre el tema orientados hacia el público infantil y juvenil, me permito seleccionar y recomendar seis obras que considero de especial interés por su calidad y notable valor didáctico.
El jardín curioso
Autor: Peter Brown. Editorial: Takatuka Albumes (2010).
Edad: A partir de 3 años.
Liam vive en una gran ciudad. Un día, mientras da un paseo, descubre un jardín que está medio abandonado. Entonces decide cuidarlo plantando más árboles y regándolos hasta que, poco a poco, el jardín crece y se extiende por toda la ciudad. Con muchas ilustraciones, ayuda a comprender la importancia y el respeto a la naturaleza.
El viaje de Papelote
Autores: Javier Sáenz Pinillos (Autor) y Julen Rodríguez Ruiz (Ilustrador). Editorial: iajajai (2017).
Edad: A partir de 5 años.
Papelote es un árbol que vive en el Amazonas y que, un día, unos hombres se lo llevan para convertirlo en papel. Viaja lejos de su hogar y se instala en el escaparate de una tienda con su nueva forma. El protagonista habla en primera persona con el lector contándole sus miedos, esperanzas y sentimientos. Uno de los libros sobre el medioambiente que más se está utilizando en las aulas por la sencillez del lenguaje y la facilidad con la aborda el tema de la tala de árboles.
Cuentos por el clima
Autoras: Magela Ronda y Raquel Sánchez Pros. Editorial: Alfaguara (2020).
Edad: A partir de 6 años.
Cuentospor elclima nace para dar voz a todas esas personas que luchan, día a día, por hacer de nuestro mundo un lugar mejor en el que vivir. Un sitio bueno y agradable no solo para nosotros, sino también para las futuras generaciones, que serán quienes hereden el planeta.
Wangari vivía rodeada de árboles. Cuando crece, comienza una masiva deforestación y Wangari teme que pronto todo el bosque sea destruido. Decide sembrar nueve arbolitos e iniciar una acción ecologista en favor de la reforestación. Una historia real sobre la vida de Wangari Maathai nacida en una pequeña aldea de Kenia, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2004.
Cuentos para niños y niñas que quieren salvar el mundo
Autores: Carola Benedetto y Luciana Ciliento. Editorial: B de Block (2019).
El objetivo principal de este libro es despertar la conciencia ecológica y el compromiso con el medioambiente en niños y niñas de todas las edades. Para ello, se vale de la historia de 16 personas entre las que se encuentran Leonardo di Caprio, Emma Watson o la adolescente Greta Thunberg. Así, se presenta en forma de antología para conocer su compromiso activo con el medioambiente y con el cuidado del planeta desde sus diferentes perspectivas y ámbitos.
La joven activista Greta Thunberg ha conseguido movilizar a jóvenes de todo el mundo para luchar contra el cambio climático. Este libro aprovecha su lucha y sus principales líneas de actuación para explicar qué es exactamente este fenómeno, cuáles son sus consecuencias y qué se puede hacer para solucionarlo. Lo hace a través de un lenguaje cercano y adaptado a los más pequeños y, además, acompaña las explicaciones con ilustraciones de gran calidad.
Y como siempre recuerdo en este tipo de post, este blog no recibe ningún tipo de recompensa por la recomendación de las obras señaladas más allá del mero placer (que no es poco) de ayudar a divulgar aquello que nos parece de interés.
En la educación canaria es necesario acicalar en profundidad la casa, poner orden en el caos reinante y apostar por un nuevo equipo de gobierno cohesionado que se ponga a trabajar, con responsabilidad y desde el diálogo.
Fernando Pellicer Melo
Vaya por delante, previo a cualquier otra consideración, el máximo de los respetos hacia la Consejera de Educación saliente, Dña. María José Guerra Palmero, a la que solo procede desearle los mayores éxitos futuros en su vida profesional y personal.
La salida de la Administración educativa de la Sra. Guerra Palmero y su sustitución, previsiblemente de forma transitoria, por D. José Antonio Valbuena era, como ya he indicado reiteradamente, la “crónica de una dimisión anunciada” (o de una “una solicitud de cese aceptada” que tanto monta, monta tanto) que vino precedida, además, por la dimisión, durante el pasado fin de semana, del Director General de Innovación, Ordenación y Calidad, D. Gregorio Cabrera Déniz, aduciendo, y ahí es nada, “la falta de unidad de criterio en el proceso de desescalada educativa”.
El desencuentro, uno más dentro de la larga lista de crisis y enfrentamientos internos que ha caracterizado la cotidianeidad de la Consejería de Educación estos últimos meses, se produjo ante la inexplicable decisión de intentar descargar toda la responsabilidad de la desescalada educativa en los equipos directivos de los centros, sin previas instrucciones y protocolos claros respecto a cómo proceder, así como a la insistencia por reincorporar “deprisa y corriendo” a parte del alumnado a la actividad educativa presencial. De hecho, el viernes 22 de mayo a partir de las 15:00 horas (¡viva el derecho a la desconexión digital!) se remitieron a todos los centros educativos de Canarias una serie de deslavazados documentos, con indicaciones de comenzar la actividad presencial el ¡lunes 25 de mayo! Desde Innovación, partidarios, al igual que el conjunto de las organizaciones sindicales, de reforzar durante lo que resta del curso la actividad educativa a distancia y centrar los esfuerzos en la preparación del difícil curso 2020-2021, se había aceptado a regañadientes la posibilidad de una vuelta parcial a las aulas. Sin embargo, la chapucera decisión adoptada sin consenso interno el viernes pasado, poniendo en la picota a toda la Comunidad Educativa, precipitó los acontecimientos. A partir de ahí, la historia es conocida, dimisión del mencionado Director General, rebelión generalizada de los equipos directivos, estupefacción de familias y de las organizaciones sindicales y comparecencia pública del Presidente del Gobierno para, “sin querer queriendo” desautorizar a la Sra. Guerra Palmero y anunciar unas instrucciones a publicar el pasado domingo y que aún, para no romper la tradición, seguimos esperando. En definitiva, un “guirigay” monumental que amargó el fin de semana a más de uno y que culminó, momentáneamente, con el consabido anuncio de dimisión de la Consejera de Educación el pasado lunes por la mañana.
Valoraciones aparte, la renuncia, sorprendentemente en solitario, de la Sra. Guerra abre un nuevo escenario donde, a todas luces, resulta imprescindible recomponer a la mayor urgencia el organigrama de mando de la Administración educativa. Y decimos en solitario porque en ningún caso se ha producido el esperado cese de los cuadros intermedios de la Consejería que, como si con ellas/os no fuera el problema, pareciera que albergan la pretensión de mantenerse en sus puestos contra viento y marea. Más que llamativo fue comprobar cómo mientras la Consejera cesante se esmeraba la mañana del lunes en explicar, a diestro y siniestro, las razones de su renuncia ante los medios de comunicación, su mano derecha y, para muchos, Consejera en la sombra, Dña. Marisol Collado Mirabal, a la sazón aún Directora General de Personal, experimentaba por primera vez con un “Live” en Facebook para intentar explicar a cientos de docentes las “enigmáticas” razones de la eterna parálisis de todos y cada uno de los procedimientos abiertos precisamente en el ámbito de su área de gestión (listas de empleo, funcionariado en prácticas, Comisiones de Servicio, Adjudicación Provisional de destinos, nueva normativa de Licencias y Permisos…) para terminar, incluso, anunciando un nuevo “Live” en un futuro próximo. Loable iniciativa aunque curiosa, cuanto menos, dado que es de presuponer que los días de sillón de la referida Directora General de Personal así como del resto de cargos intermedios de la Administración educativa están contados. Pareciera que la Sra. Collado, con amplia y dilatada experiencia política y persona de reconocida confianza de Ángel Víctor Torres, estuviera apostando por aferrarse al cargo o, incluso, escalar posiciones en el escalafón, como si la vida le fuera en ello. Sorprendente o no tanto.
Quizás haya que considerar que el Presidente del Gobierno apuesta por cerrar este nefasto curso de la “mejor manera posible”, cambiando el timonel de la nave pero manteniendo, al menos de momento, al resto de la oficialidad. Si así fuera, podría incluso considerarse una estrategia válida puesto que no parece recomendable introducir grandes modificaciones en el organigrama a un mes vista de la finalización del curso escolar. Sea como fuere, esta actitud prudente en ningún caso puede obviar la ineludible necesidad de acicalar en profundidad la casa, poner orden en el caos reinante y apostar por un nuevo equipo de gobierno, ahora sí, cohesionado y que -abandonando las miserables rencillas políticas y luchas de poder- se ponga a trabajar, con responsabilidad y desde el diálogo con todos los sectores de la Comunidad Educativa, en la extremadamente compleja organización del próximo curso y, en definitiva, del futuro de la Educación Canaria. Nos va mucho en ello.
Porque, Sr. Presidente Ángel Víctor Torres, al menos en este caso, de ninguna manera quienes han sido parte activa del problema pueden pretender ahora ser la solución. El crédito ya se agotó.
Palabras hermosas, con sabor añejo y a tardes de lectura, que merecen ser rescatadas del olvido y quizá, incluso, hasta una segunda oportunidad.
Las palabras definen a las personas y también, en gran medida, las épocas. Si has sido, como supongo, lector de literatura infantil, novelas de aventuras o cómics clásicos seguro te habrás tropezado a lo largo de los años con infinidad de expresiones curiosas que, incluso en su momento, parecían ya vetustas. Insultos, interjecciones y exclamaciones de todo tipo que, en su mayoría, nadie de tu entorno utilizaba pero que en boca de Guillermo Brown, Tintín o, el mismísimo Capitán Trueno, se diría que encajaban a la perfección. Si bien solo con el catálogo de improperios del Capitán Haddok recogidos en los álbumes de Tintín tendríamos para varias entradas, en esta ocasión he preferido centrarme en aquellas interjecciones que a lo largo de los años han colmado las páginas de nuestras lecturas.
En tiempos pretéritos y, muy acentuadamente, durante la dictadura franquista, los creadores tuvieron que apañárselas con ingenio y mayor o menor fortuna, para insuflar “vida” a sus personajes al tiempo que sortear la estricta y en muchas ocasiones estrambótica censura que veía “perniciosas” influencias para los “ciudadanos de bien” en las cuestiones más nimias e inesperadas.
Y si complicado lo tenían los escritores, algo parecido o peor ocurría con los traductores que tenían que buscar o “inventar”, como en el caso de la expresión “Troncho” en las aventuras de Guillermo Brown de Richmal Crompton (que por cierto era mujer y no hombre), todo tipo de eufemismos para sortear la férrea censura franquista. Por no hablar de los cambios sutiles y no tanto que se veían obligados a introducir en las tramas como ocurría, en el mismo caso, con los pastores protestantes que generaban especial mortificación a los censores de la época. Ya lo decía en una entrevista en El País de hace ya unos años el administrador de la editorial Molino, Luis Antonio del Molino, «En los años cuarenta tuvimos que parar la publicación [de los libros de Guillermo Brown] porque cada vez que salía un pastor protestante, se lo cargaba la censura y así no podíamos seguir». Y es que claro, pensar que el nacionalcatolicismo imperante en la época pudiera permitir que nuestras tiernas mentes se perturbaran con curas que se podían casar resultaba a todas luces excesivo.
Las definiciones de la mayoría de los veinte términos seleccionados están extraídas, cuando ha sido posible por contemplarse el uso señalado, del Diccionario de la lengua española de la RAE. No es el caso, por ejemplo, de «¡Troncho!» o «¡Sapristi!» vocablos que no tuvieron el honor de ser considerados por la Academia como suficientemente dignos.
Palabras hermosas con sabor añejo, a tardes de lectura, a infancia y aventuras que merecen ser rescatadas del olvido y quizá, incluso, hasta una segunda oportunidad.
Y concluyo con lo más importante, no dudes en realizar tus aportaciones a través de los comentarios puesto que seguro que entre todos/as podremos enriquecer notablemente esta lista.
¡Atiza!
1.- Interjección. Coloquial. Usada para indicar sorpresa.
2.-Interjección. Coloquial. Usada para reprobar por incoherente o desatinado algo.
Tintín y Milu siempre alerta.
¡Canastos!
Interjección. Usada para indicar sorpresa.
¡Caracoles!
Interjección. Caramba.
¡Caramba!
Interjección. Eufemismo. Usada para expresar extrañeza o enfado.
¡Carámbanos!
Aunque la RAE solo recoge las acepciones obvias, también ha sido usada frecuentemente para expresar sorpresa.
¡Carambolas!
Otro término para el que la RAE no recoge su uso como interjección. Usada para expresar sorpresa.
¡Caray!
Interjección. Eufemismo.Coloquial. Usada para expresar extrañeza o enfado.
¡Cáscaras!
Interjección. Coloquial. Denota sorpresa o admiración.
¡Cáspita!
Interjección. Usada para denotar extrañeza o admiración.
«¡Cáspitas! ¡Se ha tomado usted en serio su trabajo señor Sol!»
¡Chitón!
1.-Interjección.Coloquial. Usada para imponer silencio.
2.-Interjección.Coloquial. Usada a veces denotando ser necesario o conveniente guardar silencio para precaverse de un peligro.
¡Córcholis!
Interjección. Eufemismo. Caramba.
¡Diantre! ¡Diantres!
Interjección. Coloquial. Diablo. Diablos.
¡Eureka!
Interjección. Usada cuando se halla o descubre algo que se busca con afán.
¡Hurra!
Interjección. Usada para expresar alegría y satisfacción o excitar el entusiasmo.
¡Pardiez!
Interjección. Coloquial. Par Dios. Por Dios.
Durante varios siglos fue un término ampliamente utilizado como eufemismo por aquellos que querían realizar un juramento o exclamar algo en nombre de Dios sin necesidad de «blasfemar». Podemos encontrar el término «pardiez» en textos del Siglo de Oro español por autores como Cervantes, Lope de Vega o Quevedo pero también en numerosos libros y cómics de época moderna, tanto con su uso habitual como en contextos irónicos como en el caso de Mafalda.
Mafalda no necesita presentación…
¡Repámpanos!
Interjección. Indica sorpresa, enfado o disgusto.
(Gran Diccionario Larousse de la Lengua Española).
¡Troncho!
Guillermo Brown y su inseparable Jumble,
“¡Troncho, mi perro es mi perro”!
Guillermo Brown.
Expresión original de las novelas juveniles de Guillermo Brown de Richmal Crompton. Traduce, esencialmente, el término “crumbs!” aunque también se utiliza para otras expresiones. Indica, según los contextos, sorpresa, admiración, rechazo no muy tajante… Un coloquialismo más o menos consentido por los mayores aunque nuestro peculiar héroe procura no utilizarlo en presencia de personas adultas. Su origen se debe a López Hipkiss, primer traductor de los libros de la zaga que consiguió que el término siguiera siendo utilizado en traducciones posteriores hasta convertirlo indefectiblemente en seña de identidad de Guillermo y su pandilla de proscritos. (Estudios de Filología Inglesa. Homenaje a Jack White).
¡Recórcholis!
Interjección. Eufemismo. Córcholis.
¡Sapristi!
Exclamación del francés, proveniente de “Sacristi” (Sacré, Sacré Christ) deformado. Un eufemismo a mitad de camino entre el juramento y la interjección remilgada, que en nuestra infancia acostumbraban a pronunciar bastante los personajes de tebeo. Utilizada con asiduidad en “Mortadelo y Filemón”, “Anacleto, agente secreto”, “Capitán Trueno” o “Tintín” entre otros muchos.
Anacleto, agente secreto.
¡Zambomba!
Interjección. Coloquial. Usada para manifestar sorpresa.
Espero disfrutes recordando estos vocablos y, sobre todo, ¡recórcholis!, no olvides realizar tus propias aportaciones a través de tus comentarios.
Las obras recomendadas se caracterizan por su estilo ameno y accesible aunque no por ello falto de rigor o profundidad.
La ineludible necesidad de proteger el medioambiente y avanzar hacia el desarrollo de una sociedad fundamentada en parámetros de sostenibilidad es un objetivo escasamente cuestionado en la actualidad. Pocas son las voces que se atreven a poner en tela de juicio esta realidad palmaria y, cuando lo hacen, es esencialmente condicionados por intereses de carácter meramente económicos que poco o nada tienen que ver con el interés general de la población y nuestro entorno.
Aunque debe ser un objetivo común para toda la sociedad, sin duda el ámbito educativo juega un papel esencial en la extensión de los valores ecológicos que nos deberán permitir a corto plazo invertir el «descenso al infierno medioambiental» al que nos conduce inexorablemente la irresponsable actividad humana, especialmente a partir de la Era Industrial.
Existen infinidad de libros que abordan, con mayor o menor acierto y desde muy diferentes puntos de vista, el cambio climático, la sostenibilidad y, en general, el tema medioambiental. Entre ellos reseño brevemente cuatro obras que me parecen de notable interés por su carácter divulgativo y por considerar, además, que pueden ser de notable utilidad en el medio educativo.
Zero waste para salvar el mundo
Autora: Allly Vispo. Editorial: Vergara (2019)
Esta guía ilustrada ofrece una serie de consejos prácticos y claves para comenzar a vivir una vida sostenible. Lo hace a través del movimiento ‘Zero Waste’ o ‘cero residuos’ de consumo humano. Se trata de una filosofía de vida que busca reducir al máximo la cantidad de basura y residuos que genera el ser humano. Así, por ejemplo, propone cambiar los envases de plástico por otros reutilizables de cristal o sustituir los cosméticos líquidos por los sólidos. Está escrito por Ally Vispo, escritora, divulgadora y una de las mayores referentes de este movimiento en España.
Cambio climático
Varios autores. Editorial: Litera
Durante miles de años, el ser humano ha utilizado los recursos naturales para sobrevivir pero, desde la Revolución Industrial, algunos se han empezado a usar masivamente. Esto está en el origen del cambio climático pero, ¿Qué es exactamente? ¿Cómo se ha producido? ¿Cómo afecta a los bosques y los animales? ¿Y a las personas? Esta obra explica de forma detallada estos temas básicos relacionados con el calentamiento global e, incluso, expone algunos consejos para intentar combatirlo.
El libro de la ecología
Varios autores. Editorial: Akal (2019)
A lo largo de la historia el ser humano ha intentado ordenar el mundo vivo que le rodea y comprender cómo funciona. La evolución del ecosistema hace que sea más urgente responder a ciertas cuestiones como el por qué existe el agujero de ozono en la atmósfera o por qué es necesaria una mayor diversidad biológica. A través de vistosas infografías y explicaciones claras y sencillas, este libro intenta aportar luz y desenmarañar las claves que están detrás de diversas teorías científicas relacionadas con ellas.
Podemos salvar el mundo antes de cenar
Autor: Jonathan Safran. Editorial: Seix Barral (2019)
La mayoría de los libros que abordan la crisis medioambiental son densos, académicos y están repletos de estadísticas difíciles de interpretar. Este no es el caso. Se trata de una obra accesible que ofrece ideas y propuestas claras a los lectores que pueden poner en práctica inmediatamente incidiendo en la idea de que el principal porcentaje de las emisiones globales de CO2 proviene de las granjas industriales.
Las cuatro obras reseñadas se caracterizan por su estilo ameno y accesible aunque no por ello falto de rigor y profundidad por lo que las considero ideales para abordar el tema desde cualquier ámbito pero, muy especialmente, desde el educativo.
Y como siempre recuerdo en este tipo de post, este blog no recibe ningún tipo de recompensa por la recomendación de las obras señaladas más allá del mero placer (que no es poco) de ayudar a divulgar aquello que nos parece de interés.
Julián, Dick, Ana, Jorge y su inseparable Tim han crecido y se enfrentan a nuevas aventuras y retos como… ¡Convertir a la abuela en youtuber!
Y han vuelto de la mano de la EditorialQuercus, bajo la autoría de Bruno Vincent y con el beneplácito de los administradores del legado de Enid Blyton. En las nuevas aventuras de Los Cinco nos reencontramos nuevamente con Julián, Dick, Ana, Jorge/Jorgina y su, por lo que vemos, incorruptible Tim/Timoteo rondando ya la treintena y transportados al presente donde tendrán que afrontar, con renovado ánimo y convicción, nuevas y sugerentes aventuras tales como “Los Cinco renuncian a la bebida”, “Los Cinco dejan de comer gluten”, “Los Cinco en la isla del Brexit” o “Los Cinco preparan su cuerpo para la playa” entre otros épicos títulos que poco a poco van engrosando las nuevas correrías de nuestra querida pandilla de lecturas infantiles.
¡Carambolas! ¡Los Cinco nuevamente!
No fue para menos mi reacción cuando, casualmente, tropecé con este inesperado hallazgo mientras husmeaba en la sección de literatura extranjera de una conocida librería madrileña, como siempre hago cuando visito la capital. De hecho, tal fue mi impresión que compré de golpe los tres títulos disponibles en aquellos momentos al margen que, en estos tiempos en que mayormente he sustituido el libro en papel por el libro electrónico, sean casi las únicas obras editadas a la “vieja usanza” que sigo adquiriendo rigurosamente más que sea por el mero placer de verlos ordenados en mi estantería. Y es que, sin entrar en otras consideraciones, la serie cuenta con una atractiva encuadernación en tapa dura con ilustraciones de portada al estilo “clásico” pero con temática actualizada. Además, los libros recuperan y “encajan” oportunamente en sus páginas las ilustraciones originales de Jeanne Hives aunque, obviamente, en contextos en ocasiones chocantes.
¡Hurra! ¡Los Cinco trabajan en equipo!
Para hacernos una idea del tono de estas amables parodias baste señalar el argumento central de los títulos citados. Así por ejemplo en “Los Cinco abandonan la bebida” (“Five give up the booze”), nuestros héroes y heroínas infantiles se conjuran, bajo los efectos de una resaca monumental, para mantenerse sobrios durante todo un mes. Y es que en esta reelaboración del mito de Enid Blyton, los protagonistas beben, de forma más que habitual, algo más que cerveza de jengibre (traducido al español, por mor de la censura de la época, como “refresco de jengibre”). En “Los Cinco dejan de comer gluten” (“Five go gluten free”) la pandilla se ve forzada a renunciar a sus pantagruélicos y perniciosos “ágapes” y “piscolabis”, sustituyendo el pastel de riñones (traducido -ininteligiblemente- como “pastel de piñones”) y las galletas de jengibre por una dieta saludable después de sufrir una serie de molestos y dolorosos trastornos gástricos. Por su parte en “Los Cinco en la isla del Brexit” (“Five on Brexit island”) la siempre temperamental Jorge, firme europeísta, decide iniciar el proceso para declarar la independencia de la isla Kirrin en contraposición a la insistencia del petulante Julián por poner fin a la “tiranía de Bruselas”. A todo esto, Ana –muy en su papel- prefiere mantenerse en la equidistancia para contribuir a la buena armonía del grupo mientras que Dick, por decirlo brevemente, “pasa de todo”. Por su parte el perro Tim mantiene la neutralidad aunque quizás por su incapacidad para “entender la variedad de salchichas que existen en la Europa continental”. Finalmente, en “Los Cinco se preparan para la playa” (“Five get beach body ready”) la cuadrilla se esfuerza, siempre en equipo, por supuesto, por poner sus cuerpos a punto para las vacaciones de verano.
La serie, iniciada en 2016, cuenta ya con más títulos tales como “Los Cinco van a ser padres” (“Five Go Parenting’), “Los Cinco olvidan el Día de la Madre (“Five Forget Mother’s Day”) o los “Cinco enseñan Internet a la abuela” (Five get Gran Online), donde la abuela Barnard se convierte en una “youtuber” de éxito. La próxima publicación, “Los Cinco van a ninguna parte” (“Five go absolutely nowhere”) está prevista para junio de 2020.
¡Caray! ¡Qué recuerdos!
Para alguien cuyo tránsito de los cómics infantiles a los libros se produjo de la mano de “Los Cinco en peligro”, cuya lectura con 9 o 10 años tuvo en mi un impacto positivamente demoledor que me llevó a dedicar varios años, hucha rota tras hucha rota, a adquirir paulatinamente los 21 títulos de la serie publicados en España por la Editorial Juventud, el hallazgo de esta inesperada reinterpretación de mis ídolos infantiles ha supuesto todo un descubrimiento que me ha hecho reír y disfrutar nuevamente como un niño.
Especialmente desternillante me resultó la inesperada aparición en los libros de Bruno Vincent de “Los Siete Secretos”, convertidos ahora en odiosos competidores de nuestros protagonistas en las más diversas y disparatadas circunstancias. Pudiera equivocarme pero, tirando de memoria, no recuerdo que en las aventuras de Los Cinco se citaran a “Los Siete Secretos” que, por otro lado, nunca calaron ni de lejos tan hondo en mi imaginario infantil.
¡Chitón! ¡Dicen que Enid Blyton no era ninguna santa!
Y entramos, brevemente porque considero que puede ser materia, delicada, pero materia al fin y al cabo, para un post específico sobre el tema, en la consideración literaria e ideológica de Enid Blyton. Tampoco descubro nada nuevo si indico que la obra de la escritora anglosajona más querida por los propios británicos, por encima de la propia JK Rowling, según un sondeo de opinión encargado en 2008 por los prestigiosos premios “Costa Book Award”, ha sido considerada reiteradamente como esquemática, simplista, repetitiva y, en definitiva, falta de calidad literaria, trufada, además, de valores profundamente clasistas, sexistas y racistas, por no hablar de las acusaciones, entre otras, de adicción al alcohol de la buena de Blyton o, incluso, de sus coqueteos con el nazismo.
Lo anterior, como es lógico, no solo ha empañado notablemente el postrero prestigio de Enid Blyton sino que, incluso, la ha relegado a un lugar secundario, por ejemplo, en la BBC donde durante más de 30 años no tuvo ni una aparición. Para sintetizar la espesura del asunto, baste recordar que en 2018 la Real Casa de la Moneda Británica canceló la puesta en circulación de una moneda de 50 peniques conmemorativa del 50º aniversario del fallecimiento de la escritora (1897-1968) por, en parte al menos, las razones expuestas.
En 2015 la Editorial Juventud volvió a reeditar con significativo éxito los libros de Los Cinco en una versión renovada y, por tanto, desbrozada de expresiones y sesgos no aceptables en los tiempos actuales y como pareciera que la polémica siempre acompañe a la difunta autora, tampoco esto gustó en determinados círculos literarios que calificaron, sintetizando, como una “impertinencia” el modificar el trabajo de un autor/a sin su permiso añadiendo, además, que “toda obra debe ser leída en el contexto de la época”.
Lo que está claro y aquí lo dejamos puesto que tiempo tendremos de ahondar en la cuestión, es que Enid Blyton, nacida en el S. XIX y fallecida bastantes años antes de que yo mismo descubriera sus libros (el primero de la serie, “Los Cinco y el tesoro de la isla”, data de 1942), es producto de su tiempo –como cualquier autor/a- lo que hace muy complejo interpretar su obra con parámetros actuales.
¡Caramba! ¿Para cuándo en español?
Aunque de momento la serie solo se ha publicado en inglés, no sería de extrañar que dado el formidable éxito que cosecharon las aventuras de Los Cinco en España, especialmente durante los 70 y 80, en breve y esperemos que así sea, podamos encontrar su publicación en español más que sea a través de alguno de los pasadizos o caminos secretos que tanto abundaban como ideal solución en las muchas aventuras en las que Julián, Dick, Ana, Jorge y Tim se vieron inmersos.
Una amplia colección con más de 100 recursos educativos, culturales y de ocio online para el profesorado y las familias.
Actualmente existen infinidad de recursos online para facilitar la tarea del profesorado así como para ayudar a las familias y alumnado a mejorar sus conocimientos. La enseñanza y el aprendizaje online, siempre presente desde los inicio de Internet, ha cobrado un impulso inusitado durante el actual periodo de Alerta Sanitaria y confinamiento vivido en nuestro país con motivo de la pandemia del COVID-19 iniciada en marzo de 2020.
Existiendo muchísimo donde escoger, el problema fundamental para muchos docentes y familias reside en la tarea de seleccionar adecuadamente los recursos más indicados para cada tema y nivel educativo. Es por ello por lo que te proponemos una amplia e interesante compilación de recursos educativos online reunida por Stec.es y en cuya elaboración y mantenimiento participo activamente. En la misma podrás también encontrar mi propio Blog de Aula Jiribillas.com, con multitud de actividades para Educación Primaria.
RECOPILACIÓN DE RECURSOS EDUCATIVOS, CULTURALES Y DE OCIO
EDUCTIFY: Este estudio tiene varias apps muy interesantes,en todas ellas podemos elegir un plan de estudios. En español hay de matemáticas, inglés y ortografía.
BMATH: Una app para repasar matemáticas de 1º a 4º, muy gamificada y preparada para que a los 20 minutos los niños paren, ya que los bmathis se van a dormir.
AULA ITBOOK OPERACIONES MATEMÁTICAS: Sesenta niveles de dificultad, un montón de cálculos matemáticos básicos, repartidos en 10 escenarios.
AULA ITBOOK MY LIFE IN ENGLISH: Recomendada para edades de 8 a 14 años, con un nivel de inglés, A1, A2. A base de sopas de letras, crucigramas, el ahorcado y muchos juegos más.
KHAN ACADEMY: Parte de una organización sin ánimo de lucro con la misión de ofrecer educación gratuita de calidad para todos, en cualquier lugar del mundo, apoyándose en profesionales de la educación, nos ofrecen dos apps, una para los más pequeños y otra para mayores donde encontramos cientos y cientos de actividades, videos, juegos interactivos, etc. Muy muy completas.
(Recursos transversales: Arte en la escuela, Canarias, Convivencia y Mediación, Diversidad e Identidad Sexual, Educación Emocional, Educación para la Salud, Educación Víal, Igualdad Género, Medio Ambiente, Pacifismo, Solidaridad y Regugiados, TIC en aula, Otros Recursos).
Portales y Recursos Online educativos diversos
LIVEWORKSHEETS (Banco de fichas interactiva con posibilidad de crear nuevas).
Urge debatir colectivamente y buscar alternativas en todos los ámbitos para evitar que sean los sectores sociales más desfavorecidos los que paguen la factura de la inevitable crisis que se avecina.
Fernando Pellicer Melo
La actual situación de suspensión de la actividad educativa presencial ha traído a la palestra el término “brecha digital” para señalar la desigualdad existente entre la ciudadanía respecto a su acceso a las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Según cálculos de Oxfam Intermon, 4.000 millones de personas en el mundo viven sin acceso a la red lo cual, en la era de la conectividad, condiciona notablemente sus posibilidades de progreso socioeconómico y cultural.
Además del acceso a la red propiamente, la brecha tecnológica también se manifiesta en la falta de “habilidades digitales” en gran parte de la población, casi imprescindibles en la actualidad para relacionarse con las administraciones, para el acceso a servicios y recursos culturales y educativos de todo tipo y, por extensión, para lograr una mejora de la cualificación laboral o, sin ir tan lejos, para algo tan doméstico como consultar la factura de la electricidad.
Sin menoscabo de los problemas de “conectividad”, se destaca la falta de “habilidades digitales”, según informes del Instituto Canario de Estadística (Istac), como el principal déficit que encontramos en nuestro archipiélago en este ámbito y que, de forma palpable, se está poniendo de manifiesto en el terreno educativo una vez ha entrado en juego la obligada y urgente necesidad de desarrollar alternativas formativas online. Actividad online, dicho sea de paso, que se está desarrollando gracias fundamentalmente a que el profesorado ha puesto desinteresadamente sus recursos personales de acceso a la red y dispositivos al servicio de su actividad laboral y, por tanto, del bien común, como no cabría esperar otra cosa en la actual situación.
Podríamos reforzar el análisis matizando, y esto lo afirmo yo, que una cosa es que una buena parte de los hogares canarios dispongan de acceso a la red y diversos equipamientos tecnológicos como televisiones, videoconsolas o móviles, más o menos de última generación, y otra muy diferente es que, además, se disponga de un ordenador o tableta en condiciones y, lo que es aún más complejo, de las habilidades necesarias para utilizar los mismos para actividades que vayan más allá del mero ocio. En este contexto, no podemos menos que considerar que la brecha tecnológica no es más que una expresión de la desigualdad y la pobreza en la sociedad de la era digital.
Nada de esto nos debe sorprender a poco que hagamos un mínimo ejercicio de contextualización. Así por ejemplo y sin ánimo de ser exhaustivos, según el IX Informe “El Estado de la Pobreza” elaborado y presentado en octubre de 2019 por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en Canarias (EAPN-Canarias), el 36% de la población del archipiélago está en riesgo de pobreza y exclusión social mientras que la Tasa de Pobreza Severa en Canarias se sitúa en el 9,2% señalando, además, un incremento de 40.000 personas en riesgo de exclusión social respecto a informes anteriores. En palabras de la propia Viceconsejera de Derechos Sociales del Gobierno de Canarias y pese a la mejoría en algunos parámetros, “los datos de este informe ponen de manifiesto la cronificación de la pobreza en nuestra región (…) por lo que requiere de políticas concretas y realistas». Si a lo anterior le sumamos, por solo aportar un dato más, una tasa cercana al 19 % de desempleados declarados, de las más elevadas del Estado, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al último trimestre de 2019, creo resulta sencillo hacerse una idea del actual estado de la cuestión en nuestro archipiélago.
Los datos apuntados se refieren al periodo previo a la alerta sanitaria originada por el COVID-19 por lo que no contemplan, obviamente, las gravísimas consecuencias que sobre la actividad productiva está ya teniendo la actual situación, en un territorio como el nuestro, supeditado al binomio económico del turismo y los servicios. Aunque tiempo habrá, desgraciadamente, para comprobarlo, algunas proyecciones indican que el desempleo en Canarias podría alcanzar cotas inéditas, superiores al 40%, como consecuencia del desastre económico que se avecina.
Ante este amargo panorama, la anunciada distribución de 10.000 tabletas con conectividad a Internet, sufragadas por la Consejería de Educación y, en menor proporción, por el Ministerio de Educación y por muy loable y necesaria que sea la iniciativa, solo viene a suponer un parche ante la profunda hemorragia de desigualdad social que sufrimos en el archipiélago. Aún estando más que justificada la iniciativa, es evidente que no solucionará el problema de fondo, además de porque solo alcanzará una porción relativamente pequeña de los hogares canarios con necesidades al respecto porque, a la luz de lo expuesto, no afronta el problema esencial desde su raíz. Solo será posible, como decíamos apuntaba la propia Viceconsejera de Derechos Sociales, avanzar en la lucha contra la desigualdad social con “políticas concretas y realistas” que, añado, aborden el problema globalmente y desde su origen. En todo caso “andando se hace camino”.
Sería demagógico afirmar que los gobiernos actuales, centrales o autonómicos, tengan la exclusiva responsabilidad de esta situación pero no resultaría tan desacertado sostener que la gestión de los progresivos gobiernos en materia social y económica durante las últimas décadas no ha estado orientada a compensar las desigualdades sociales como objetivo prioritario. Por solo dar una muestra, las más de 20.000 solicitudes de ayuda a la dependencia paralizadas en algún despacho del Gobierno de Canarias -según datos del Imserso y la propia Administración-, la casi inexistente política de ayudas a la vivienda, los recortes y privatizaciones en materia sanitaria y la escasa inversión en el ámbito educativo, incumpliéndose sistemáticamente la Ley Canaria de Educación, por no hablar de la nula visión respecto a la urgente necesidad de diversificación de la economía canaria, dan buena cuenta de ello.
En definitiva, es necesario que los gobiernos hagan suyo, realmente y no solo como mantra publicitario, el lema tan en auge “De esta salimos juntos” y se apliquen denodadamente para afrontar la crisis socioeconómica que se avecina y cuyos efectos ya estamos comenzando a notar, desde una perspectiva eminentemente social para no repetir experiencias de anteriores crisis donde los recortes se cebaron, dramáticamente y casi de forma exclusiva, en la población más vulnerable socialmente.
La vida, prácticamente inerte a píe de calle, se ha ido trasladando progresivamente a las alturas de los edificios donde mis convecinos han ido creando pequeños remansos de tranquilidad.
Fernando Pellicer Melo
Y cuando digo “alturas” me refiero a algo tan poco idílico como la azotea de mi casa. Un espacio habitualmente reservado para menesteres prosaicos y para acumular trastos en los correspondientes cuartos y que, por mor del Coronavirus y el obligado enclaustramiento generalizado, se ha convertido en territorio de asueto colectivo para los vecinos (con estrictos turnos y distancias de seguridad, por supuesto). Cuartos que, envueltos en polvo y abandonados a su suerte, han mutado casi por arte de magia, por ejemplo, en coqueto estudio de pintura. Pintura pausada, quizás por el carácter de la aprendiz de pintora, quizás por solo disponer de un lienzo que se pretende alargar hasta el fin del confinamiento.
Es curioso cómo cambia la perspectiva de las cosas y de los espacios en situaciones límite. Una zona casi olvidada y hasta en ocasiones despreciada, un lugar accesible pero apenas transitado, repentinamente se ha convertido en una especie de “chill out” de última tendencia al que acudimos para refrescarnos, en el amplio sentido de la palabra.
No fue así siempre. La azotea de mi casa me despierta recuerdos infantiles imborrables. Recuerdos de juegos inocentes, escondites secretos y objetos misteriosos, mascotas venidas a menos, manualidades nunca acabadas y, por qué no decirlo, con el transcurso de los años, animosas actividades propias de cualquier adolescente.
Desde las alturas de mi edificio, un edificio cualquiera, vulgar y sin mayor personalidad, diviso los tejados y azoteas colindantes, algún refrescante ático y, con el tranquilizador anonimato que siempre ofrece “mirar desde arriba”, algunas fascinantes ventanas del vecindario.
Es fácil comprobar cómo la mayoría de las terrazas que alcanzo a observar han ido sufriendo una paulatina transformación con el transcurso de los días. Primero fue alguna tímida y desvencijada hamaca, en uno de los edificios más lejanos. Después le sucedieron, sin prisa pero sin pausa y de forma generalizada, algunas sombrillas, mesas, sillas, toldos, extraños e incomprensibles aparatos de gimnasia y hasta alguna barbacoa fugaz desempolvada de lo más hondo de algún trastero.
La vida, prácticamente inerte a píe de calle, se ha ido trasladando progresivamente a las alturas de los edificios donde mis convecinos han ido creando pequeños remansos de tranquilidad. Aire y luz necesarios para sobrellevar, de la mejor manera posible, la tristeza del encierro.
Constato la determinación y convicción con que algunas vecinas, especialmente, se entregan al más intenso de los ejercicios físicos o a mí al menos me lo parece. Bien sea haciendo “largos” en interminables idas y vueltas en el balcón, bien sea trotando en círculos en sus terrazas. Gente que tal vez no puede vivir sin ejercitarse o, quizás, aprovechan las circunstancias para ajustar cuentas con eternas autopromesas incumplidas.
No muy lejos, a la altura de la calle Mayor, una señora de contenida edad y exigua azotea y a la que conozco de cruzar cordiales saludos desde tiempo inmemorial, se las ha ingeniado para saltar diariamente a la azotea del edificio colindante, mucho más amplia y espaciosa. Un edificio comercial cerrado a cal y canto como todos. Con evidente satisfacción por disponer de tal extensión para ella sola y quizás también embargada por la excitante sensación de su pequeña pero exitosa triquiñuela, trota diariamente con manifiesto deleite, por encima de miles de artículos de última tecnología que esperan mejores tiempos para volver a ser objeto de deseo de presuntos compradores.
Otros, los menos, se esmeran como nunca en cuidar las macetas y pequeños jardines de sus ventanas y terrazas. Pareciera más que una afición, una verdadera reivindicación de lo verdadero y lo sencillo como contraposición a la complejidad de los tiempos que vivimos.
Le he puesto rostro, incluso en contados casos nombre, a muchos de mis convecinos. Rostros hasta ahora anónimos que cobran sentido cuando nos cruzamos miradas cómplices, de amparo. Sonrisas veladas y miradas fugaces intercambiadas a lo largo del día, del interminable día. Cuando la apremiante necesidad de consuelo se diluya, ¿volveremos a la rutina del saludo cortes y huidizo? El mañana está por descubrir.
Observar las aves urbanas se ha convertido en una inesperada afición. Ante la atropellada retirada de los humanos a sus respectivas guaridas, la fauna alada gana espacio con decisión. Irredentas palomas, foráneas tórtolas, resucitados gorriones y hasta algún receloso mirlo me acompañan en mi primera visita matutina a nuestro discreto paraíso terrenal. A veces, cuando el sueño se rebela, antes de amanecer, me acomodo a la espera de que las cotorras del parque levanten ruidosas su atropellado vuelo. Me sobrevuelan todas las mañanas en desigual formación y pequeños grupos, sin mayor orden ni concierto, marcando las distancias como si con ellas también fueran las nuevas normas de “distanciamiento social” que estamos a punto de asumir como cotidianas en el futuro. Y los vencejos, siempre haciendo imposibles cabriolas mientras, según parece, se alimentan de desprevenidos insectos. Dicen que los vencejos pueden dormir mientras vuelan. Surcan el aíre permanentemente y solo aterrizan para poner sus huevos y criar sus polluelos. ¡Volar durmiendo o dormir volando! El sueño eterno de cualquiera.
En la calle, el vacio se ha apoderado de todo el espacio. Solo algún transeúnte fugaz, bolsa en mano, y algunos perros arrastrando a sus dueños mientras intentan entender, con orejas gachas y mirada extraviada, qué demonios está pasando. Quizás deban subirlos a las alturas, donde la vida, pese a todo, continúa.
Si George Orwell levantara la cabeza, probablemente nos miraría fijamente y nos diría… “¡Te lo avisé!”
Fernando Pellicer Melo
En plena alerta sanitaria por el COVID-19 y con la ciudadanía confinada en sus casas, Google nos ha vuelto a recordar su permanente “omnipresencia” publicando detallados informes estadísticos en los que se analiza como las medidas decretadas por las autoridades sanitarias están afectando a la movilidad de la población en hasta 131 países. Algo ya conocido y accesible de forma individual a través de Google Maps pero que ahora, puesto en su conjunto y accesible públicamente, ofrece una idea de la ingente cantidad de información que Google maneja sobre nuestras vidas.
Así por ejemplo, en el conjunto del Estado español y durante el periodo de confinamiento, el movimiento hacia lugares de recreación y tiendas ha bajado un 94%, el uso del transporte público un 88%, la asistencia a lugares de ocio un 85%, las compras un 76% y los viajes al trabajo un 64%, mientras que en lugares residenciales la movilidad crece un 22%.
Según Google, para elaborar estos informes se sirve de datos “anónimos” obtenidos a través de la geolocalización de los teléfonos móviles sin conocimiento, presuntamente, de la identidad de cada usuario.
Los documentos, accesibles públicamente, se pueden encontrar en su nuevo servicio COVID-19 Community Mobility Reports donde se detalla la movilidad de la ciudadanía por países y, en el caso de España, también por Comunidades Autónomas.
Los portavoces de Google no dudan en señalar la bondad de sus actuaciones «La idea es ayudar a los responsables de salud pública y otras administraciones a entender mejor cuáles están siendo los efectos de las medidas adoptadas y, si es necesario, modificarlas en base a las tendencias observadas«, según ha explicado un portavoz de la compañía subsidiaria de la multinacional Alphabet Inc.
Con todo ello, Google nos vuelve a recordar que, a poco que se lo permitamos, puede conocer mucho más de lo que pensamos sobre nosotros mismos, incluido –como es el caso- cuáles son nuestros movimientos habituales todo ello gracias a la inseparable simbiosis existente entre persona y móvil propia de nuestros actuales tiempos.
Obviamente, la compañía afirma tajantemente que en este ingente proceso de recogida y análisis de datos, se siguen «los más estrictos protocolos y políticas deprivacidad«incluyendo el no ofrecer cifras absolutas de movimiento sino solo cifras porcentuales.
Los informes se generan a partir de los datos de geolocalizaciónque los dispositivos móviles ofrecen a Google, esto es, a través del GPS de los teléfonos que hayan dado permiso expreso para ello, tal como hacen ya muchísimas otras Apps probablemente instaladas en tu móvil.
La cuestión, una más dentro del gran debate abierto sobre la privacidad y nuevas tecnologías, obviamente da para mucho pero lo que esencialmente nos interesa a efectos de este post es conocer como desactivar la posibilidad de que las App de Google o cualquier otra puedan recopilar datos sobre tus movimientos, si es que ello realmente te preocupa.
En este sentido, hace no mucho tiempo, accedí desde mi cuenta Google a la función de “Cronología de ubicaciones” de Google Maps y me quedé realmente “impactado” por la enorme cantidad de información recabada por Google sobre mis ubicaciones pasadas. Prácticamente podía revisar, con mapita ilustrativo incluido, mis movimientos y localizaciones de cualquier día de los últimos años. Realmente asombroso. En ese mismo momento opté, no solo por desactivar la posibilidad de que Google almacenara esos datos personales sino que, además, borré todo el historial existente.
Si la cuestión te preocupa, la opción más drástica pasa por desactivar desde los ajustes de tu teléfono móvil la funcionalidad de geolocalización, esto es, el GPS. De esta forma podremos evitar que las Apps accedan a esta función y, por tanto, puedan recabar datos al respecto.
Sin embargo, si no quieres quedarte “ilocalizado”, por decirlo de alguna forma, también puedes optar por controlar los permisos que le otorgas a cada aplicación, incluido –lógicamente- Google Maps. A través de la configuración de tu cuenta Google y una vez iniciada sesión, podrás acceder a la gestión de tu historial de ubicaciones, pudiendo pausar la recogida de datos al respecto e, incluso, borrar todo el historial de ubicaciones registrado por Google hasta la fecha.
Respecto a las otras muchas aplicaciones que también recaban datos de geolocalización con excusas –en ocasiones- de lo más peregrinas o inexplicables, lo ideal es fijarse bien en los “permisos” solicitados a la hora de instalar las mismas y decidir en ese momento lo que estás o no dispuesto a que los “dueños” de la App en cuestión conozcan sobre tu vida privada. Respecto a las Apps ya instaladas y dando por hecho que tuviste escasa precaución en el momento de instalarlas, la opción pasa por visitar los “permisos” otorgados a cada aplicación en los ajustes de tu dispositivo y retirar aquellos que no consideres oportuno. Porqué, pensándolo un poco, ¿para qué demonios quiere una simple aplicación de “recetas de cocina” permiso para acceder a todos los contactos de mi móvil? En este punto, no te sorprendas si algunas aplicaciones te exigen “obligatoriamente” el aceptar determinados permisos para poder ser instaladas o funcionar correctamente. En ese caso solo cabe decir que ¡la decisión es tuya!
En definitiva, es evidente que como dice el dicho respecto a Internet “si algo es gratuito es que el producto eres tú”. No descubrimos nada si afirmamos que el gran filón de negocio actual en el mundo online es precisamente la recogida y análisis masivo de datos y su posterior venta a todo tipo de multinacionales e, incluso, gobiernos, que orientan sus estrategias de mercado o políticas en función, precisamente, del resultado del análisis masivo de esos datos, que supuestamente, nos reiteran una y otra vez, son siempre “anónimos”. En definitiva, lo que se ha venido a denominar en tiempos recientes el “Big Data”.
En todo caso, ante esta realidad incuestionable de la que participan activamente todas las grandes corporaciones del ámbito tecnológico, no hay que olvidar que, al menos en parte, no estamos totalmente indefensos, si es que la cuestión realmente nos importa. Todo pasa por darse una detallada vuelta por las opciones de privacidad de nuestros dispositivos y de las aplicaciones instaladas y, sobre todo, evitar picar compulsivamente en “Aceptar” cada vez que abrimos una página web, instalamos una App en nuestro móvil o descargamos cualquier programa en nuestro ordenador.
Los bulos siempre han existido pero con la misma facilidad que se propagan, los podemos desmontar con escaso esfuerzo.
Fernando Pellicer Melo
Los bulos o «fake news» siempre han existido. No son un invento de la globalización ni de las Redes Sociales aunque los modernos canales de comunicación social hayan ayudado a su diversificación y extensión como nunca se había conocido en la historia de la humanidad.
La historia está plagada de «fake news» que aún hoy persisten en la memoria colectiva. Así, por ejemplo, la denominada «gripe española» (más correctamente «gripe de 1918») que asoló el mundo a principios del S. XX (se estima que se produjeron entre 50 y 100 millones de fallecimientos) se denominó así por ser España el primer estado en ofrecer estadísticas al respecto así como, al no estar involucrado el país en la Primera Guerra Mundial, por ocupar el tema una mayor atención de la prensa patria al no censurarse especialmente la información sobre la enfermedad, al contrario de lo que ocurría en la mayoría de los países implicados en la Gran Guerra.
Pese a que las estimaciones hablan de 300.000 fallecidos en España, es un hecho ampliamente aceptado por la comunidad científica el situar el origen de la pandemia en los campamentos militares estadounidenses donde se detectaron los primeros casos desde diciembre de 1917 (Fort Greene), expandiéndose la enfermedad rápidamente a otras bases militares. Fueron precisamente los soldados estadounidenses destinados en Europa durante la Gran Guerra los que contribuyeron de forma exponencial a extender la enfermedad por todo el mundo.
Por si quedaran dudas de la persistencia de los bulos a través de la historia, podemos remontarnos a la antigüedad y fijarnos en el supuesto «pirómano» Nerón, en la Roma clásica. En el imaginario popular, alimentado especialmente por la cinematografía, Nerón ha quedado como un «emperador perturbado, de pelo rizado que maltrataba la lira sin compasión» además de, por supuesto, haber arrasado Roma hasta los cimientos en el año 64 d.C. prendiéndole fuego. Sin entrar en valoraciones sobre la figura de Nerón, lo que sí está claro es que no solo la arqueología ha demostrado que el incendio fue fortuito, sino que los estudios históricos indican que Nerón ni tan siquiera se encontraba ese día en Roma. Las fuentes lo sitúan en Antium (la actual Anzio) a más de 60 kilómetros de Roma que, para la época, no era ninguna broma.
Y así podríamos seguir hasta la saciedad señalando sorprendentes «fake news» históricas que se han mantenido como verdades inmutables a lo largo del tiempo y que, aún hoy, forman parte arraigada del imaginario colectivo.
Los bulos, como norma, no son fortuitos ni asépticos. Si bien en muchos casos pudieran ser considerados producto de la deformación de los hechos originales (si es que los hubo) sufrida a lo largo de los siglos en su transmisión oral o escrita, frecuentemente y más en los tiempos contemporáneos, detrás de las «fake news» se suelen esconder oscuros intereses religiosos, políticos y/o económicos.
Aunque como decimos, siempre han existido, es evidente que los bulos se acrecientan, hasta límites insospechados, en tiempos críticos como los que nos ha tocado vivir con la alerta sanitaria y el confinamiento generalizado decretado por el COVID-19. Y es precisamente en estos momentos «expansivos» de los bulos cuando más cuidado y, por qué no decirlo, responsabilidad, hemos de poner de nuestra parte para evitar su extensión. Entre todos podemos evitar incrementar el estado de desinformación y ansiedad de nuestros conciudadanos a poco que nos lo propongamos. Apliquemos en esta cuestión la saludable idea colectiva que tan de moda se ha puesto en relación a la pandemia del COVID-19, esto es… «Este virus lo paramos entre todos».
Como decíamos en la cita inicial, los bulos se pueden «desmontar» con cierta sencillez. Para ello existen en Internet páginas especializadas en comprobar y desmentir las «fake news». Entre ellas y solo por solo citar algunas, encontramos Newtral, Maldita.es o Saludsinbulos, muy oportuna en las actuales circunstancias. Sin embargo, quizás la forma más efectiva de evitar la propagación de bulos es apelar a la inteligencia colectiva. A poco que adoptemos una actitud «proactiva» respecto al aluvión de informaciones que recibimos por infinidad de medios, podremos contribuir decididamente a evitar la propagación de bulos. En este sentido y sin ánimo de ser exhaustivo, quizás cabrían algunas recomendaciones dictadas por el mero sentido común:
Sin necesidad de convertirse en descreídos irredentos, adoptar una posición de cauto escepticismo ante las informaciones que recibimos. No es necesario cuestionarlo todo pero sí desde luego aquellas «noticias» que nos llamen especialmente la atención por su sensacionalismo o excesivo alarmismo.
Abandonar la tendencia a creer en insulsas y aburridas «teorías de la conspiración» tan de moda en algunas cadenas televisivas «sensacionalistas». Vamos, para entendernos, que la Tierra no es plana, el ser humano sí ha pisado la Luna, las pirámides no las construyeron los marcianos y Elvis Presley no simuló su muerte para refugiarse en algún retiro dorado.
Recordar siempre que aunque el dicho diga que la «realidad supera la ficción», en la mayoría de las ocasiones ello no es así. Si una noticia o un mensaje, en primera instancia, nos parece alarmista o excesivamente sorprendente, habrá bastantes probabilidades de que, simplemente, no sea cierto.
Evitar compartir o reenviar compulsívamente y sin mediar reflexión previa (por mínima que sea) los mensajes que nos llegan por muy «buena fuente» que consideremos a su emisor.
Recordar que las Redes Sociales (incluido WhatsApp y medios similares) no son propiamente «medios de comunicación» en sentido informativo. Más bien hay que considerarlos como medios de transmisión de la información la cual, si fuera necesario, hay que verificar con fuentes fiables.
Contrastar las informaciones sospechosas con fuentes fidedignas, bien sean oficiales, periodísticas o de otro tipo que consideremos, precisamente, fiables, dando por hecho que entre estas descartamos medios como «okdiario» y similares y que tenemos claro que «El Mundo Today» es una publicación humorística como su propio encabezado («La actualidad del mañana») apunta. A veces, la cuestión es tan sencilla como realizar una simple búsqueda en Google.
Y ante la duda, simplemente evitar «picar» en reenviar, compartir o lo que corresponda. Así de sencillo.
Es imperativo que el Gobierno de Canarias recapacite y encuentre urgentemente el adecuado “abono” para que sus algo alocadas iniciativas no marchiten su crédito político antes de tiempo.
Fernando Pellicer Melo
Cerca de cuatro meses han transcurrido desde que el denominado “Pacto de las Flores” accediera al Gobierno de Canarias. Más de cien días de cortesía no escrita que supuestamente hay que contemplar antes de entrar a valorar la gestión de cualquier nuevo equipo de gobierno. Cortesía que ha tenido que quedar en suspenso al comprobar que entre sus iniciativas se encuentran la profundización en la privatización del sistema público educativo, el despido de cientos de docentes interinos o la imposición de un brutal recorte salarial al profesorado para 2020. Podrían parecer exageradas las afirmaciones anteriores pero a los hechos nos remitimos.
La Consejería de Educación ha anunciado como próxima “medida estrella” la tan demandada ampliación de la oferta educativa de 0 a 3 años, cuestión más que loable si no fuera porque tal anuncio va acompañado de un sesgo cuanto menos preocupante: la oferta educativa para tal etapa se pretende extender manteniendo y potenciando la doble red de centros privados concertados y centros públicos, es decir, dejando en manos de las aspiraciones de rentabilidad económica del empresariado la implantación de buena parte de esta fundamental etapa educativa cuestión que, desde todo punto de vista, no es lo esperable de un gobierno pretendidamente “progresista”.
Sumémosle a lo anterior, entrando en el terreno de la gestión de personal, el empecinado intento de la Administración educativa de imponer un modelo futuro de gestión para las listas de empleo docente que supondrá el despido de cientos de interinos con menos de 3 años de antigüedad laboral; añadamos la extremadamente chapucera ampliación de Listas de Empleo aún en curso y que está generando más polémica y recursos que soluciones, o la incumplida promesa (ciertamente realizada de forma algo “alegre” por la anterior Administración) de actualizar las listas de empleo del cuerpo de maestros tras las oposiciones 2019, cuestión que no ha ocurrido para desesperación de miles de personas que ven frustradas sus expectativas laborales. Si a esto le agregamos la existencia, en pleno mes de noviembre, de un importante e indeterminado número de vacantes docentes aún sin cubrir (léase alumnado sin su correspondiente profesorado) creo que no hacen falta calificativos para definir la actuación de la Consejería de Educación en materia de personal.
Sin embargo y obviando otras cuestiones no menos relevantes, la “traca final” o al menos la más reciente, llega con el Proyecto de Ley de Presupuestos 2020 para la Comunidad Autónoma. De justicia es reconocer el incremento en materia de inversión educativa que contempla el mismo pero, siendo ello cierto no lo es menos que tal incremento nos sigue manteniendo tremendamente lejos de las necesidades de inversión reales en Canarias para, entre otros objetivos, abandonar el furgón de cola respecto al conjunto del estado español y colocarnos en la senda del cumplimiento de la legalidad vigente que permita alcanzar en 2022 el índice de inversión del 5% del PIB contemplado en la Ley Canaria de Educación. Imposible será que Canarias deje de aparecer en los últimos lugares de cualquier estudio que consideremos mientras sigamos sufriendo un déficit de 1.500 docentes respecto a la media estatal o mientras nuestro archipiélago siga padeciendo unas ratios de alumnado por docente muy por encima también de los índices medios del Estado. Estas cuestiones, esenciales para el progreso del sistema educativo canario, solo se pueden solventar mediante una inversión educativa adecuada lo cual, previsiblemente, tampoco se producirá en 2020.
Pero el proyecto de presupuestos también esconde una desagradable sorpresa para el profesorado canario que las organizaciones sindicales han tenido que desentrañar ante la falta de transparencia e información al respecto. Nos referimos concretamente al brutal recorte salarial que se propone para los docentes al no contemplarse para el próximo año el incremento pactado con todas las organizaciones sindicales en 2017, respecto al complemento de Sexenios, incremento que sí se contempló en 2019. Ello podría suponer una importante merma salarial para alrededor de 15.000 docentes que en muchos casos alcanzaría los 130 euros mensuales cuestión que, a nadie se le puede esconder, ni las organizaciones sindicales ni el profesorado en su conjunto estarán dispuestos a aceptar sin presentar severa batalla en defensa de lo pactado y de sus condiciones laborales.
En definitiva una situación más que preocupante que no augura el futuro tranquilo que todos deseamos en el ámbito educativo. Es imperativo que el Gobierno de Canarias recapacite y encuentre urgentemente el adecuado “abono” para que sus algo alocadas iniciativas no marchiten su crédito político antes de tiempo. Y, ¡por favor! que no sigan aludiendo algunos responsables educativos cansinamente a su supuesta “independencia” frente a las decisiones de los partidos políticos que sustentan el “Pacto de las Flores”. Están donde están porque han sido nombrados legítimamente por esos mismos partidos y toca, inequívocamente, enfrentar los hechos y asumir responsabilidades.
Para la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias si tu apellido es “Quesada” tendrás más posibilidades de trabajar como docente que si tienes la gran desgracia de apellidarte “Pérez”.
Fernando Pellicer Melo
La publicación de unas listas “informativas” por parte de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, con casi 11.400 inscritos para la ampliación de las Listas de Empleo docentes, ha venido a confirmar la enorme “chapuza” que está suponiendo este procedimiento que va a condicionar el futuro laboral de miles de docentes en el archipiélago.
La Administración Educativa anterior y la actual han pecado de una enorme e irresponsable falta de previsión al permitir el agotamiento de las listas de sustituciones docentes, especialmente en Secundaria, Formación Profesional y Escuelas Oficiales de Idiomas, lo cual ha conducido a la convocatoria de este procedimiento urgente de apertura de 52 listas de empleo durante el presente mes de octubre, sin las más mínimas garantías jurídicas.
Amparada en la actual situación de urgencia generada por la propia Administración, dado que, a estas altura de curso, hay más de 300 vacantes docentes sin cubrir aún en los centros educativos de Canarias, la Consejería de Educación solo ha tenido en cuenta en el baremo de méritos de esta convocatoria la “nota media del expediente académico” de la titulación requerida para cada especialidad a fin de ordenar a los aspirantes a ingresar en las listas de empleo docentes. Esta incomprensible decisión envía un mensaje catastrófico a la sociedad en su conjunto y al personal aspirante a ingresar en la docencia en particular puesto que, a la postre, da igual los esfuerzos en formación que se puedan haber realizado, tras haber finalizado la carrera universitaria, o los idiomas que se dominen dado que nada de ello va a servir para obtener un mejor puesto en las listas y, en consecuencia, optar a un puesto docente en el sistema público educativo. Lo mismo ocurre respecto a la experiencia docente previa que, para esta convocatoria, no tiene ningún valor lo cual roza lo esperpéntico.
Sin embargo, lo más absurdo e injusto de esta situación, como ya se le había advertido reiteradamente a la Consejería de Educación, es que al solo tomar en consideración la nota media del expediente académico para ordenar a los aspirantes, sin incluir ningún otro apartado en el baremo de méritos y, peor aún, habiendo limitado dicha nota media a dos decimales en el formulario de solicitudes, se han producido miles de empates en la puntuación de los méritos que se han resuelto atendiendo a la letra inicial del primer apellido de los solicitantes, comenzando por la letra “Q”, tal como establece la Resolución de 15 de marzo de 2019, de la Secretaría de Estado de Función Pública para el año 2019 a efectos de criterio de desempate, lo cual resulta notablemente arbitrario.
Por otro lado, la Consejería de Educación, ahondando en la más absoluta de las improvisaciones, anuncia que de inmediato se procederá a efectuar nombramientos de sustituciones docentes de las listas “informativas” recién publicadas una vez comprobado, supuestamente, que los docentes a nombrar reúnen los requisitos de titulación exigidos por la convocatoria. Todo ello sin realizar la obligatoria publicación de las listas provisionales, abrir el plazo correspondiente de reclamaciones y finalizar el procedimiento con la publicación de las listas definitivas correctamente ordenadas. Se da la circunstancia de que hay cientos de inscritos en estas listas de empleo que alegan no figurar en dichas listas “informativas” por errores de la Administración y que, en consecuencia, no podrán optar a alguno de estos nombramientos al no existir ningún plazo de reclamaciones abierto lo cual los deja en el más absoluto desamparo legal.
En definitiva, para la Consejería de Educación del Gobierno autonómico si tu apellido es “Quesada” tendrás más posibilidades de trabajar como docente en Canarias que si tienes la gran desgracia, a efectos de la Administración Educativa, de apellidarte “Pérez”. Todo un despropósito que, más que probablemente, acabará de muy mala manera en los tribunales de justicia.
Dudo que se atrevan a mentarle la cuestión de las plantillas docentes en Canarias pero, por si acaso, sepa usted, que nuestro archipiélago cuenta con al menos 1700 docentes menos que la media del estado español.
Fernando Pellicer Melo
A su Majestad Dña. Letizia Ortiz, con mucha educación
Me entero por la prensa de su visita a Canarias para inaugurar el curso escolar en el Centro Público de Infantil y Primaria San Matías, en el bello municipio de La Laguna. Sin duda, un reconocimiento más que merecido por el impecable trabajo y trayectoria de dicho centro, al igual que ocurre con otros muchos del archipiélago.
Al objeto de no desviar el sentido último de esta misiva, si usted lo tiene a bien, dejaremos para otro momento mis seguramente intrascendentes opiniones sobre la institución monárquica que usted representa, por otro lado, sumamente fáciles de intuir.
Me preocupa más bien, observando el regocijo y alborozo con que nuestro gobierno “nacionalista” ha recibido la noticia, el que usted no disponga de la suficiente información para que, atendiendo a su condición de experiodista (donde hubo siempre queda), pueda tamizar adecuadamente, si así lo estima, las –probablemente- complacientes informaciones que nuestro Presidente, Consejera de Educación y demás jerarquías educativas le puedan trasladar. Todo ello, por supuesto, sin poner en duda el que su Majestad sea una persona perfectamente conocedora de la realidad social de sus súbditos.
Quizás los mandatarios autonómicos le indiquen, para empezar, el “enorme” esfuerzo que están haciendo para desarrollar la Ley de Educación Canaria, aprobada en 2014 por el Parlamento de Canarias, desplegando ante usted una pléyade de iniciativas y proyectos variopintos -algunos ciertamente de interés- con que nos han martilleado incesantemente en las últimas semanas a través de constantes comparecencias públicas (hay que reconocer que esta Consejera de Educación maneja como nadie los tiempos mediáticos). Sin entrar en el detalle de cada una de estas iniciativas, debería usted saber que está Administración incumple sistemáticamente uno de los objetivos esenciales de la citada Ley Canaria de Educación, esto es, alcanzar el 5% del PIB de inversión educativa en nuestro archipiélago en 2022. Lejos de ello, desde 2014 los presupuestos se han mantenido prácticamente estancados. Por citar un simple ejemplo, para que dicha obligación legal tuviera visos de cumplirse, el presupuesto educativo en Canarias tendría que incrementarse en 2018 en 214 millones de euros cuestión que, probablemente a nuestra Consejera de Educación le genere una apesadumbrada carcajada.
Dudo que se atrevan a mentarle la cuestión de las plantillas docentes en Canarias pero, por si acaso, sepa usted, que nuestro archipiélago –según los condescendientes datos del Ministerio de Educación- cuenta con al menos 1700 docentes menos que la media del estado español. Sin personal y recursos y más allá de la publicidad institucional, como usted fácilmente podrá comprender, difícil será que Canarias abandone en un tiempo prudencial el furgón de cola educativo en el que se encuentra, tal como reflejan todos los informes al respecto, tanto referidos al estado español, como a la Unión Europea o a la OCDE.
Quizá sí le mencionen el “tremendo” esfuerzo realizado para mejorar el salario del profesorado de Canarias, mediante la reciente firma de un Acuerdo Retributivo que permitirá introducir paulatinamente los sexenios en nuestro archipiélago a partir de 2018. Sin obviar la relativa valía de dicho acuerdo, podrá usted argumentar –si ello le complace- que ello no compensa ni de lejos los brutales recortes salariales y laborales padecidos por el profesorado Canario desde 2010, ni la incalculable pérdida de poder adquisitivo de los últimos 20 años, reivindicación a la que, obviamente, no vamos a renunciar.
En fin, estimada Dña. Letizia, conocedor de sus ingentes obligaciones laborales, no deseo entretenerla más de lo debido. Solo apuntarle, por si se terciara, algunas cuestiones que quizás pudieran alentar su curiosidad periodística cuando departa con los mandatarios autonómicos. Así por ejemplo, podría interpelarles sobre las ratios en Canarias (de las más altas del estado español) o sobre la imperativa necesidad de recuperar los horarios docentes previos a los recortes de 2012, superando la injustificable sobrecarga laboral actual o, quizá, ya puestos en faena, podría interesarse sobre cuales son las intenciones de nuestra Consejera de Educación respecto a los miles de docentes interinos de Canarias, cuyos puestos de trabajo penden de un hilo si se llegaran a convocar oposiciones masivas sin previa negociación sobre el actual sistema de acceso. Y si por casualidad, le sobrara tiempo, no estaría mal tampoco que se interesara sobre la incesante querencia de la Consejería de Educación por cerrar centros educativos públicos mientras se esmera en subvencionar centros concertados religiosos y no que, entre otras veleidades, muestran notable tendencia a discriminar a las mujeres en sus contrataciones de personal docente.
Sin otro particular, reciba un cordial saludo y quedo a su entera disposición.